martes, 30 de junio de 2009

A QUIEN IRE SEÑOR SINO A TI

  • LECTURA DE LOS HECHOS DE LOS APOSTOLES 9, 31-42
  • LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGUN SAN JUAN 6,60-69

Se nos manifiesta la incredulidad de aquéllos que escuchaban a Jesús. La fe es un don de Jesús. La fe es un don de Dios. "Ninguno puede venir a mí, si no le fuere dado por mi Padre." Aquéllos que se escandalizaron por sus palabras no merecieron, por su orgullo, el don de la fe. Dios confunde el orgullo y la soberbia de los hombres. Da su luz y su gracia a los humildes: "Escondiste estas cosas a los soberbios y las revelaste a los hombres pequeños." Que sepamos nosotros humillarnos en la presencia del Señor para recibir su fe y su gracia.
Pedro ama a Jesús y aunque no alcanza el significado de sus palabras, cree en ellas. Ante la pregunta de Cristo, viendo la deserción y el abandono de muchos, contesta: "Tú tienes palabras de vida eterna". Pedro es figura del alma creyente. Nosotros creemos en la Palabra de Dios, no porque la entendamos siempre, sino porque sabemos que tiene palabras de vida eterna. Y lo creemos con mayor firmeza y seguridad que si lo viéramos con nuestros propios ojos o lo comprendiéramos con nuestra inteligencia. Dios, que es la suma verdad, no puede engañarse ni engañarnos.
Judas Iscariote no cree en las palabras de Jesús. Es el único apóstol en el que encuentra eco la murmuración de los judíos. Las pasiones desordenadas, cuando nos dejamos dominar por ellas, son capaces de hacernos perder la fe. En Judas ha brotado ya la pasión de la avaricia que le conducirá a la traición. Se ha dejado avasallar por ella. Esta pasión le impide creer.
Hemos de vigilar continuamente para que las pasiones no nos dominen. Cuando dejamos arraigar una pasión en nuestro corazón, estamos en camino de la incredulidad. Pero el corazón es el asiento de las pasiones. y son las pasiones las que nos conducen a negar la existencia de Dios.
La mayor parte de los que niegan la existencia de Dios o la verdad de otros misterios de la iglesia es porque no les conviene que existan. "Confíesate, dijo el cura de Ars a uno que negaba la existencia de Dios, y yo te aseguro que, después, no tendrás ninguna dificultad para admitir su existencia. Tenemos que tener siempre bien claro, en nuestra mente y corazón, que sólo Jesús y su palabra tienen la verdadera fuerza de cambiar nuestras vidas.
"En medio de este mundo que prefiere ídolos de muerte, te reconocemos como nuestra luz y salvación. A quién iremos, Señor, sino a ti? Sólo tú tienes palabras de vida eterna frente a los terrores que nos invaden y señorean. En ti pongo mi confianza. No me dejes caer en tentación. Mantenme firme en la fe. Amén."
He aqui mi nuevo blogs. Invito formalmente a todos mis amigos a compartir conmigo esta nueva experiencia que gracias a una muy querida amiga me ha permitido vivir.

gracias muy especialmente a mi amiga Massiel Miliano por compartir sus conocimientos con mi persona. Que Dios los bendiga grandemente especialmente a ella.