jueves, 13 de agosto de 2009

Esperar en ti

Es posible que necesites confesar una rabia oculta o algún resentimiento contra Dios en ciertas partes de tu vida donde sientes que Dios no te trató con justicia o que te decepcionó. Hasta que maduremos lo suficiente como para entender que Dios usa todo para bien de nuestra vida, estaremos resentido con él por simplezas como la apariencia física, nuestro trasfondo y formación, oraciones sin respuesta, penas del pasado y otras cosas que cambiaríamos si fuéramos Dios. La gente suele echarle la culpa a él por el dolor que otros les han provocado: William Backus llama a eso ¨la grieta oculta con Dios¨.
El resentimiento es el mayor impedimiento para amistarse con Dios: ¿Por qué querría ser amigo de Dios si permitió esto? El antídoto, por supuesto, es darse cuenta de que Dios siempre actúa defendiendo nuestros intereses, incluso cuando nos resulta doloroso y no podemos entenderlo. Pero expresar nuestro resentimiento y revelar nuestros sentimientos es el primer paso para la recuperación. Como lo hicieron tantas personas en la Biblia, cuéntale a Dios exactamente cómo te sientes.
Dios dejó sus instrucciones respecto a la sinceridad sin tapujos en el libro de los Salmos: un manual de adoración lleno de protestas y desvaríos, dudas, temores, resentimientos y sentidas pasiones, combinadas con gratitud, alabanza y afirmaciones de fe. En ese libro se han catalogado todas las emociones. Cuando leas las emotivas confesiones de David y de otros, entenderás que así es como Dios quiere que lo adores: sin ocultarle ningún sentimiento. Podemos orar como el salmista: ¨En su presencia expongo mi queja, en su presencia doy a conocer mi angustia cuando me encuentro totalmente deprimido¨.
Es alentador saber que todos los amigos más íntimos de Dios-Moisés, David, Abraham, Job entre otros -tuvieron sus momentos de duda. Pero en vez de disimular su desconfianza con piadosa hipocrecia, la expresaron con sinceridad, franca y públicamente. Expresar nuestras dudas suele ser el primer paso hacia el siguiente nivel de intimidad con Dios.
ORACION:
Señor, dame la fuerza de soportar la prueba y la tribulación. Que no me canse de esperar y de confiar en ti. Fortalece mi paciencia para esperar en silencio tu salvación. Amén.

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