domingo, 9 de agosto de 2009

Probad y conocereis las bondades del Señor (Salmo 33,2-9)

Hoy el Señor quiere que acudamos a él, pues suple nuestras necesidades. Gastamos dinero en lo que no alimenta, cuando él nos quiere dar un alimento verdaderamente, sustancioso. El Señor quiere que le escuches. Te dará vida. Quiere sellar una alianza contigo. Como dice el Salmista, (Salmo 144,9-9.15-18) ¨Abre tú la mano, Señor, y nos sacias de favores¨; el Señor quiere llenarnos de sus favores, de sus gracias. El es bondadoso, y siempre cuida de quien le invoca. Si estas necesitado, deja de vivir como un mendigo y clama a él, pues no se hace sordo a tu clamor. Te ayudará.
No sé si tienes conciencia de que nada puede apartarte del amor de Dios... En esos momentos de tristeza y aflicción, el Señor está acompañándote, guiándote, sacándote de esa situación. Quizás me digas que estás angustiado o desesperado, pues qué mejor ¨sedante¨, ¨tranquilizante¨ que el amor de Dios. Tal vez estés siendo perseguido en tu trabajo, en tu familia o en la propia comunidad, pues también allí el Señor está protegiéndote. Puede ser que me digas que estás pasando hambre, que has perdido tu trabajo, que estás atravesando por una gran necesidad, pues el Señor en su infinita bondad suplirá tus necesidades. Quizás entiendes que estás en peligro, que eres objeto de maltrato en tu hogar, el Señor quiere que salgas de esa situación.
Hoy te digo que, sin importar la situación por la que estés atravesando, saldrás más que vencedor(a). Nada ni nadie te apartará del amor de Dios. Es un amor tan grande que dio su tesoro más preciado por ti: su Hijo amado, Jesús.
No importa que hoy estés atravesando por la muerte de un ser querido, que tengas miedo a lo que te depara el futuro; no importa lo doloroso de tu pasado o lo incierto de tu futuro, ninguna de estas circunstancias podrá apartarte del amor de Dios.
El Evangelio Según San Mateo 14,13-21, nos habla de la primera multiplicación de los panes. Este gesto de Jesús de multiplicar los panes se entendió desde siempre como preparación de la Eucaristía. Pero algo impresionante es el hecho de que, pudiendo Jesús multiplicar los panes de la nada-pues él es el Hijo de Dios, prefirió pedir a sus discípulos que le trajeran lo que tenían: los cinco ¨panes¨ y los dos ¨peces¨; aunque tú creas, como los discípulos, que sea muy poco lo que puedes dar. Jesús alimentará a muchos con lo que tú puedas ofrecer. El hará el milagro, pero quiere que pongas lo que eres y tienes. En sus manos será un instrumento poderoso.
ORACION:
Señor, no quiero separarme jamás de ti. Siempre necesito de ti en mi vida. Ven en mi auxilio. Hazme sentir la certeza en mi corazón de que nada ni nadie me apartará de tu amor. Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario