lunes, 24 de agosto de 2009

TU ASESOR FINANCIERO

Dinero plástico (I)

Las tarjetas de crédito son como el vino. Así como nos recomiendan que una (o dos?) copitas hacen bien a la salud, así manejarse inteligentemente en el uso del dinero plástico es bueno para el bolsillo. Claro, siempre y cuando lo hagas de manera mesurada y prudente, como el vino.

El problema es que para muchos de nosotros, una vez llegamos a la segunda copita, la tercera, y la cuarta, y así sucesivamente se hacen cada vez más deseadas, pues defensas abajo se nos hace más fácil perder el control. Lo mismo pasa con las tarjetas de crédito.

Nada mejor que una chequera o una tarjeta de débito para mantener un presupuesto personal o familiar disciplinado. Como dice un conocido mio, ahí sí toca arroparse hasta donde alcanza la sábana. Ni más ni menos.

Con las tarjetas de crédito, aquellas que nos hacen pagar solamente un pago ¨mínimo¨y postergar el 90% ó 95% de lo consumido hasta quién sabe qué fecha, perdemos ese control y la gente queda ¨enlíada¨ por años y años. Conozco de amigos, y amigas, que están constantemente endeudados en sus tarjetas de crédito y que sólo alcanzan a ¨limpiarlas¨ una vez al año con el doble de navidad.

Si tu eres una de esas personas (y toca admitirlo): casi todos lo hemos sido por lo menos en algún momento de nuestras vidas), esa conducta se asemeja al alcohólico que no sabe controlar el trago y la solución es bien sencilla: destruir sus plásticos. Por el alto costo del dinero plástico, aquella camisa que te compraste por RD$800.00, si en efecto la paga y financia con la tarjeta de crédito al año te terminará costando más del doble. Te imaginas que sea una televisión de RD$10,000.00? Es paradójico que nos entusiasmemos a comprar algo por un descuento en la tienda de 10% para después pagarle al banco fácilmente más del 100% por financiarlo plásticamente.

El tema de cómo los bancos calculan las tasas de interés, particularmente aquí en el país, casi requiere un doctorado en matemáticas. Ahora bien, vale la pena el esfuerzo de entender, pues esto te permitirá ser un usuario ¨inteligente¨ y sabrás sacarle partido al tema. El truco es el siguiente: Asumamos que tu tarjeta corta el día 20 de cada mes. Digamos agosto. Eso quiere decir que a partir de esa fecha lo consumido desde el 20 del mes anterior (julio) lo tendrás que pagar o en su totalidad o en una proporción mínima, probablemente para el 10 del mes siguiente. Ahora bien: fíjate que si consumiste algo el 21 de julio, en efecto lo vendrás a pagar el 10 de septiembre. Más de 40 días de crédito a cero costos. No está mal el negocio.

Siempre y cuando, claro está, si pagas la totalidad de lo consumido. En ese caso no aplicarán ni los cargos ¨bonificables¨ (el costo del dinero al banco durante los días entre las fechas de corte) ni el financiamiento generado por el monto que dejaste de pagar. Parece ser que en algunos bancos existe la práctica de cobrar por la totalidad del financiamiento. Por ejemplo, asumamos que tu balance a pagar era RD$1,000.00. Tu pagas RD$999.00 pero dejaste de pagar (por error, digamos) RD$1.00. En este caso el banco te seguirá cobrando las comisiones ¨bonificables¨ pero, pero, pero… el financiamiento debería ser sobre RD$1.00 y no sobre los RD$1,000.00. No todas las entidades entran en esta práctica, pero revisa a ver si la tuya lo hace.

Algunos amigos tienen la gran fortuna de tener el tiempo para ¨jugar¨ con las fechas de cortes utilizando diferentes plásticos (con fechas de corte diferentes) y así posponer el pago del grueso de sus consumos (que a veces llega a ser mucho dinero). Hacerlo requiere tiempo y disciplina y al final es como sacar un préstamo por el monto que financia a cero costo durante el transcurso de un año. Si quieres ser malabarista jugando con cinco pelotas en el aire a la vez, entretente. Eso sí, no dejes caer ni una sola de ellas que ahí sí que te lamentarás. Luego te explicaré por qué.

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