jueves, 27 de agosto de 2009

Yo sufro con la licencia Para meter(se)

Existen 5 documentos que pueden probar la dominicanidad de quien los porta: el acta de nacimiento, el pasaporte, la cédula de identidad, la licencia de conducir y la licencia para meterse. Contrario a los cuatro primeros, éste último es el último que se obtiene sin necesidad de realizar trámite burocrático alguno, y puede recibirse automáticamente, vía el jus sanguinis, sin tener que residir en territorio dominicano.

Este es el más poderoso de los cinco documentos, ya que, más que limitar sus efectos al portador, los extiende a todas las personas que lo rodean. De esta forma, quien lleva consigo una licencia para meterse puede violar el espacio y tener acceso a la vida privada de otra persona sin su consentimiento. Pero estas intromisiones, claro, no son más que la expresión del altruismo de los quisqueyanos, quienes se sacrifican por el bien común. Algunas de las potestades otorgadas por la posesión de tal documento son:

Licencia para meterse en la vida de pareja. ¨Mija, y te va mal con tu esposo? Digo, porque te ves tan descuidada¨. El documento no sólo permite afirmar en público que otra persona luce peor de lo normal, sino que también le permite hacer la conexión instantánea entre el estado físico y una vida marital menos que perfecta. Porque, claro, la vida marital es lo único que puede afectar el aspecto de una persona. Porque, nadie tiene otra cosa que hacer en el día entero. Trabajo? Problemas financieros o de salud?... Bah! De igual manera, le permite a cualquier persona entrometerse en la búsqueda de pareja de un conocido- ¨Mija, y cuándo es que te vas a conseguir novio para casarte?-. Porque es lógico que toda aquella persona que quiere conseguir pareja pero no lo logra está feliz por esa situación, y está aún más feliz de que le cuestionen sobre la misma constantemente.

Licencia para meterse en los deseos reproductivos. Ay! Yo si sufrí cuando recién casada con esta… y todavía: ¨Y cuándo es que ustedes van a tener hijos, señores?¨. Porque ninguna pareja dominicana tiene derecho a decidir por sí sola si desea o cuándo desea tener descendencia. Porque el útero de una mujer y los espermatozoides de un hombre le pertenecen al pueblo. Porque por puro milagro la licencia no le permite a cualquiera dirigir a las parejas mientras están copulando. Pero los supervisores de la licencia ya están trabajando en eso. Y no obstante, luego de tenerlos, preguntan: ¨Mija, y cuando es que van a tener otro hijo, porque dos no son nada... y tres no hacen una familia… como que a uno le interesa poner un conani y la vida solo se hizo para tener hijos, y nada mas; es lindo tenerlos, claro que si, pero… me van a dar una ayudadita para criarlos? … y no solo criarlos, sino hacerlo bien… uh!

Licencia para meterse en la educación de hijos ajenos. ¨Mijo, no se puede gritar a los muchachos¨ o ¨Así no se debe castigar¨ no son afirmaciones directas de a) qué tan inservibles somos como padres, o de b) que su útero y sus espermatozoides, por nueva vez, le pertenecen al pueblo. No son más que consejos sanos basados en la experiencia, ya que absolutamente todos los niños son iguales. Unjú.

Licencia para afirmar lo obvio en cuestiones de peso. ¨Mija, pero y es que no hay comida en tu casa?¨ o ¨Mijo, tú como que te hiciste amigo íntimo de la nevera¨ no son expresiones chismosas y con ansias de ofender, sino afirmaciones que ayudan a las personas afectadas a darse cuenta de hechos que desconocen. Porque nadie tiene espejo en su casa, y la ropa viene con una función automática para encogerse o ensancharse según su portador pierda o gane peso.

Y por último, y no esta de más mencionar… Licencia para dar consejos no pedidos. Incluye aquí tu propia lista. Vamos, vamos, que por lo menos esta vez te lo estoy pidiendo.

Despegando en este nuevo amanecer… Recuerda que una sonrisa contrarresta cualquier situación negativa, así que sonríe!!! Pásala bien.

Hasta la próxima.

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