Existen 5 documentos que pueden probar la dominicanidad de quien los porta: el acta de nacimiento, el pasaporte, la cédula de identidad, la licencia de conducir y la licencia para meterse. Contrario a los cuatro primeros, éste último es el último que se obtiene sin necesidad de realizar trámite burocrático alguno, y puede recibirse automáticamente, vía el jus sanguinis, sin tener que residir en territorio dominicano.
Este es el más poderoso de los cinco documentos, ya que, más que limitar sus efectos al portador, los extiende a todas las personas que lo rodean. De esta forma, quien lleva consigo una licencia para meterse puede violar el espacio y tener acceso a la vida privada de otra persona sin su consentimiento. Pero estas intromisiones, claro, no son más que la expresión del altruismo de los quisqueyanos, quienes se sacrifican por el bien común. Algunas de las potestades otorgadas por la posesión de tal documento son:
Licencia para meterse en los deseos reproductivos. Ay! Yo si sufrí cuando recién casada con esta… y todavía: ¨Y cuándo es que ustedes van a tener hijos, señores?¨. Porque ninguna pareja dominicana tiene derecho a decidir por sí sola si desea o cuándo desea tener descendencia. Porque el útero de una mujer y los espermatozoides de un hombre le pertenecen al pueblo. Porque por puro milagro la licencia no le permite a cualquiera dirigir a las parejas mientras están copulando. Pero los supervisores de la licencia ya están trabajando en eso. Y no obstante, luego de tenerlos, preguntan: ¨Mija, y cuando es que van a tener otro hijo, porque dos no son nada... y tres no hacen una familia… como que a uno le interesa poner un conani y la vida solo se hizo para tener hijos, y nada mas; es lindo tenerlos, claro que si, pero… me van a dar una ayudadita para criarlos? … y no solo criarlos, sino hacerlo bien… uh!
Despegando en este nuevo amanecer… Recuerda que una sonrisa contrarresta cualquier situación negativa, así que sonríe!!! Pásala bien.
Hasta la próxima.
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