jueves, 30 de julio de 2009

Te amo mi Dios

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 18, 1-5.10. 12-14

El Evangelio de hoy nos presenta una verdad sencilla que encierra una profunda reflexión. Se ama a todos los hijos por igual. Es impensable dar más importancia a uno, por encima de los demás. La familia es un entorno de amor, en la que cada uno tiene su papel. Sin la participación de todos los miembros, no sería completa.

Puede que un hijo sea más gracioso, más inteligente, más aplicado en sus estudios o lo que sea. Pero en una familia no se mide a un hijo por sus talentos. Todos participan desde sus habilidades para el bien común. Y la familia se disfruta, más que nada, simplemente estando juntos. Efectivamente, en muchos casos, el más débil de los niños es el gozo y el corazón de la familia.

Además, como una madre invierte más amor, preocupación y tiempo en los hijos más traviesos, así Dios Padre invierte más de su amor en los hijos que le han dejado, porque ¨donde abunda el pecado, sobreabunda la gracia¨ (Romanos 5,20).

¿Y por qué? Porque nacimos para amar. La vida no tiene sentido sin el amor. La razón de nuestro existir es amar. Venimos para amar, estamos aquí para amar, y las únicas huellas que dejamos son del amor. Jesús puso un niño en medio de sus discípulos para demostrar cómo se siente nuestro Padre celestial hacia todos y cada uno de nosotros. Dios es amor. Nos creó para amar. Su disfrute es pasar tiempo con nosotros. Su gozo más grande es vernos reflejar su amor hacia el prójimo, y espontáneamente darle algo del amor que nos ha dado.

¿Has tenido la experiencia de que un niño eche sus brazos alrededor de tu cuello, y suspira en tu oído: ¨Te quiero muchísimo¨? Entonces, trata de imaginar cómo se siente Dios Padre, cuando nosotros hacemos lo mismo.

Oración:
Mi Dios y Señor, te amo cada vez más. Te amo, te busco, te necesito. Vivo para ti. Te amo más que ayer y menos que mañana. Te amo tanto que el mundo es muy pequeño para lo que te amo. Te amo con todas las fuerzas que hay en mí. No hay vida sin ti. Te amo sin fecha ni espacio porque tu amor lo llena todo. Todo pasa en esta vida, pero mi amor por ti perdurará. Te amo Señor. Amén







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